Daniel Lozano
Actualizado
"El Centro Carter ha analizado los números disponibles junto a otras organizaciones y universidades y confirma a Edmundo González Urrutia como el ganador", ratificó Jennie Lincoln, jefa de observación del Centro Carter, a la agencia AFP. Una victoria concluyente (67% para el diplomático frente al 30% de Nicolás Maduro), tal y como recoge el 83% de las actas del Consejo Nacional Electoral (CNE) recopiladas, procesadas y publicadas por la oposición.
Las mismas actas de la que disponen el CNE y el Gobierno chavista, pero que se niegan publicar amparados en un indemostrable hackeo desde Macedonia del Norte. "No hay evidencia de que el CNE fuese blanco de un ataque informático", concluyó Lincoln.
La postura firme del Centro Carter, que hace una década calificó al sistema electoral venezolano como el mejor del mundo es trascendental, ya que se trataba del único observador independiente presente en Venezuela, además del panel de expertos de Naciones Unidas, de sólo cuatro personas y cuyo informe no es público. El resto de los observadores eran aliados de la revolución, desde los ex presidentes del Grupo de Puebla, con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, hasta dirigentes izquierdistas llegados de medio mundo, incluso con la pintoresca participación de expertos electorales de China.
"Y no solo el Centro Carter ha confirmado el triunfo de González tras constatar la veracidad de las copias de las actas de escrutinio que el Comando opositor digitalizó y colocó en un portal al acceso público. También organizaciones de observación electoral como la Misión Electoral de Colombia, expertos electorales como Walter Mebane, investigador forense electoral de la Universidad de Michigan; Dalson Figueredo, de la Universidad brasileña de Pernambuco y Alexander Vega, así como medios independientes tales como AP y The Washington Post, que también han llegado a las mismas conclusiones", resumió para EL MUNDO el experto electoral Jesús Castellanos.
El Centro Carter, loado durante dos décadas de tal forma por el chavismo que el general en jefe Vladimir Padrino, ministro de Defensa y cabecilla del generalato, se deshizo en elogios con Lincoln horas antes de abrir las urnas: "El Centro Carter tiene un prestigio ganado en todo el mundo".
Las tornas han cambiado ahora. El canciller Yván Gil arremetió contra Lincoln, a quien acusó de colocar al Centro Carter en "el plan de golpe de Estado, apoyando la ejecución de los delitos más rastreros que hayamos visto, cometidos por las hordas fascistas. ¡No volverán!" Una más a la larga lista del supuesto cybergolpe de Estado denunciado por Maduro: María Corina, Edmundo, el Imperio, el presidente progresista chileno Gabriel Boric, la decena de países latinoamericanos que desconocen los resultados, WhatsApp, Instagram, TikTok, Elon Musk, YouTube, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, el sionismo internacional y medios y agencias internacionales, que también "buscan una guerra civil". La artillería de la propaganda bolivariana no da abasto con tanto trabajo.
"Hay una histeria internacional sobre las actas, podrían hacer hasta una serie de Netflix. Hasta tapan los Juegos Olímpicos de Francia, una histeria colectiva", ironizó la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Lo más llamativo de la postura numantina de Maduro es que transcurridas casi dos semanas, el CNE no ha publicado los resultados, que estarían ahora en manos del Tribunal Supremo chavista. La estrategia oficialista pasa por que sus jueces, el principal martillo revolucionario contra la oposición democrática, hibernen el proceso el tiempo necesario para avanzar en una posible mediación internacional. Mientras tanto, la Fiscalía ha imputado usurpación de funciones, forjamiento de documento público, instigación a la desobediencia de las leyes, delitos informáticos y conspiración a los responsables de la comunicación y mantenimiento de las actas electorales a los responsables de la web resultadosconVenezuela.com.
El Gobierno ha acusado este jueves a Edmundo González de haber registrado en el Reino Unido esa página web horas antes de las elecciones. "Ellos nunca le tuvieron respeto al poder electoral", lamentó la vicepresidenta Rodríguez.
Los malabarismos imposibles provocan todo tipo de escenas. Tal vez la más extravagante la protagonizó el candidato colaboracionista José Brito, quien acudió a una televisión para intentar demostrar que las actas publicadas por la oposición eran falsas. Ante los televidentes esgrimió un acta de escrutinio, falsificada previamente, convencido de que así saldría triunfante. Al parecer nadie le había explicado que el código QR de seguridad de las actas mostraría el resultado verdadero. Así fue, algún avispado espectador pegó un pantallazo del código QR y destruyó en pocos segundos el intento de Brito.
"La comunidad democrática internacional está ya convencida de que los números dados como resultados oficiales por Elvis Amoroso (presidente del CNE) son falsos. Hubo un fraude de magnitudes considerables y está a la vista. El Gobierno se niega a reconocer su derrota y a negociar su salida. No acepta ninguna negociación que no sea la que garantice su permanencia. Esto coloca a la sociedad en escenarios muy difíciles y adversos", concluye la historiadora Margarita López Maya.
